Muchas veces hemos oído expresiones del tipo: el destino está en tus manos y nunca nos hemos parado a pensar cuanto de verdad hay en esas afirmaciones. De hecho, se suele decir que el destino de una persona se puede conocer a través de las líneas de su mano y adivinar lo acontecido en el pasado, lo que acontece en el presente o lo que sucederá en el futuro.
La quiromancia es un tipo de arte adivinatoria basada en el análisis de las líneas de la mano que, mediante la observación y estudio de éstas, se logra descubrir el perfil psicológico y fisiológico de una persona y, de este modo, deducir su respuesta ante las distintas situaciones en las que se encuentre.
Así pues, la mano se divide en líneas y montes.
Las líneas de la mano
Las líneas de la mano se dividen en dos grupos: líneas mayores y menores. Las líneas mayores son tres (Línea de la Vida, Línea del Corazón y Línea de la Cabeza) y se pueden diferenciar a simple vista. Por otro lado, las líneas menores son numerosas y no siempre aparecen, además de que no son fáciles de apreciar.
Para un estudio de las líneas siempre se utiliza la mano izquierda, independientemente de cuál sea la mano dominante, y ésta debe permanecer boca arriba, con la palma a la vista y siempre abierta.
Los montes
Venus: Se refiere a la maternidad y la vida. El monte de Venus lo podemos encontrar en la base del pulgar, justo debajo de la Línea de la Vida. Si lo observamos carnoso y bien marcado deducimos un deseo de gustar y de mantener contacto humano con frecuencia. En cambio, si lo observamos plano nos indica un bajo sex-appeal y una posible dificultad del individuo de mantener relaciones sociales.
La luna: Prototipo femenino. Se sitúa en la base de la mano justo en el lado opuesto al Monte de Venus. Si lo observamos bien marcado, estaremos ante una persona que se deja llevar por la imaginación, que ama los cambios, los viajes y que no es nada convencional. Por el contrario, si lo vemos plano, la persona preocupa de los pequeños detalles hasta el punto de obsesionarse y atormentarse con ello.
Marte: Dios de la guerra. Simboliza la pasión en el amor o la amistad así como los celos, la intolerancia, la crueldad, etc. El monte de marte aparece en dos sitios a la vez. El monte positivo se sitúa encima del Monte de Venus, justo rozando la línea de la vida. Puede ser signo de autoridad y de alma de líder si lo observamos marcado o desarrollado. El segundo Monte de Marte, el negativo, está ubicado en el lado opuesto al primer Monte de Marte entre las Líneas del Corazón y de la Cabeza. Si lo observamos marcado nos encontramos ante una persona intelectual y no violenta.
Júpiter: Símbolo de dominación, poder y autoridad. Ubicado debajo del dedo índice. Estaremos ante una persona impulsiva, mandataria, cabezona y leal cuando veamos el Monte de Júpiter bien marcado. De lo contrario, veremos a una persona tímida, insegura y miedosa.
Saturno: Símbolo del tiempo y la construcción. Situado debajo del dedo corazón. Si lo encontramos marcado, nos indicará prudencia y desconfianza en la relación con los demás. Nos encontraremos ante alguien solitario por voluntad pero serio en su trabajo. Si por el contrario, no identificamos bien el Monte de Saturno, estaremos ante alguien frívolo, de naturaleza ligera.
El Sol: O también denominado Monte de Apolo. Situado debajo del anular. Si lo identificamos rápidamente, indica una persona con gusto estético, que ama el contacto humano y que a la vez es generosa. La ausencia del Monte del Sol nos dice una persona sumisa y de poco éxito.
Mercurio: Dios del comercio y la inteligencia. Ubicado debajo del dedo meñique. Se estudia a través de la Línea de la Cabeza. Si el Monte está bien marcado y la Línea es larga, nos desvelará una persona elocuente, inteligente, que se adapta y que goza de la relación con los demás, además de un extraordinario don para los negocios. Si por el contrario, la Línea no es larga o no se ve, el individuo seguirá teniendo vista para los negocios más no para las trampas.