Supersticiones: ¿Trae mala suerte abrir un paraguas en un sitio cerrado?

¿Da mala suerte abrir un paraguas entre cuatro paredes?

Quien más y quien menos tiene sus manías. Levantarse con un pie determinado en el momento de salir de la cama, darle vueltas a la llave al cerrar la puerta de casa, cruzar los dedos cuando se encuentra con un gato negro,... Son muchas las veces en que asumimos una superstición como parte de nuestro comportamiento para evitar que determinada circunstancia sea realmente preludio de una desgracia.

Ni los hechos mencionados anteriormente ni ninguna otra superstición tienen una base científica, pero se han transmitido durante siglos de generación en generación y han calado fuerte en la sociedad. Hay quien asegura no ser supersticioso, pero tampoco pasa nada en evitar determinadas cosas, no vaya a ser que en realidad traigan la mala suerte a nuestras vidas.

Tal ha sido la integración de la superstición en nuestro mundo cotidiano que algunas, como comentábamos, se han convertido en manías individuales. Otras son más bien colectivas, de toda la sociedad. A cualquiera le ha pasado que al romper un cristal le han dicho que tendrá siete años de mala suerte y al ir a abrir el paraguas en un espacio cerrado que no lo hiciera porque atraería la desgracia.

Desgracia por abrir el paraguas

En este artículo vamos a centrarnos en esta última superstición. Si lo pensamos es una de las creencias vinculadas con la fortuna que menos lógica puede tener. En primer lugar por las tiendas en las que se venden paraguas. ¿Os imagináis la cantidad de mala suerte que han de tener acumulada? Y en segundo lugar porque en casi todas las casas, cuando se llega de la calle con el paraguas mojado lo habituales es abrirlo en el cuarto de baño o en la terraza para que seque más rápido.

Dejar un paraguas sobre una mesa da mala suerte

Se trata de un gesto que forma parte de nuestra cotidianidad y lo cierto es que, quienes vivan con un auténtico supersticioso, no sabemos si les acompañara la desgracia por abrir el paraguas, pero lo que es seguro es que tendrán más de uno y más de dos conflictos por culpa de esta superstición. El origen de la misma procede del siglo XVIII, cuando el uso del paraguas se generalizó en Europa, a pesar de no estar habituados a utilizarlo. Dada la novedad y para evitar al máximo el mojarse la gente abría el paraguas ante la puerta de su casa para salir y al entrar lo hacía con el en la mano, sin haberlo cerrado.

Motivo de accidentes

La primera circunstancia no creaba conflicto ninguno, pero la segunda sí fue fuente de alguna que otra desgracia. El hecho es que al acceder al interior de la casa con el paraguas abierto y bajarlo para cerrarlo el portador de este objeto no veía a quien tenía delante ni el qué. Hubo casos en que hirió de gravedad a alguien que estaba en la vivienda con la punta del paraguas o que derribó algún objeto presente en la misma. También las varillas, metálicas y afiladas, causaron algún que otro incidente entre los primeros usuarios de paraguas.

Además, al cerrar el paraguas siempre caían al suelo varias gotas de agua -sigue ocurriendo hoy en día- que daban lugar a resbalones y accidentes fortuitos. Es por ello que a partir de entonces se empezó a considerar que el abrir el paraguas dentro de casa daba mala suerte a quien lo hacía y también a quienes le rodeaban. Hay quien dice que incluso la superstición se inventó a fin de que la gente fuera cuidadosa con el paraguas.

Origen en las sombrillas orientales

El origen de los paraguas se encuentra en las sombrillas orientales. Éstas se vinculan con la realeza que las utilizaba para evitar el contacto directo con el sol. Este gesto, se creía por entonces, que interrumpía el itinerario del reino de la luz y enfadaba a los dioses, que podían tomar represalias sobre los humanos.

Girar un paraguas da mala suerte

Otras supersticiones de paraguas

No deja de resultar curioso que, además de la superstición de abrir el paraguas en un espacio cerrado, o más bien dicho atechado, ésta no sea la única relacionada con este objeto. Se dice que no se puede poner encima de una mesa, una cama o cualquier otro mueble porque atrae a la muerte y acelera enfermedades en personas cercanas. Siempre ha de colocarse en el paragüero.

Que el paraguas se caiga al suelo también es símbolo de mala suerte. En este caso significa que habrá una decepción en el terreno sentimental o laboral. Pero tiene una rápida solución: para evitar caer en desgracia ha de ser otra persona la que recoja el objeto del suelo. Un gesto tan simple y vinculado con la diversión o el aburrimiento como girar una paraguas varias veces dando vueltas en si mismo espanta la buena suerte. Sin embargo si se nos pierde o lo olvidamos en un lugar poco común se dice que es el preludio de agradables sorpresas.