La superstición nació mucho años antes de la existencia de Cristo, pero fue la mitología religiosa y la que proviene 2.000 años antes del nacimiento de Jesucristo, son las que más fuerza otorgaron a la creencia de la superstición como razón a lo sobrenatural. Así se daba explicación a sucesos que no se podían sustentar por la racionalidad o los fundamentos científicos. Estas creencias daban buena suerte o mala suerte según como se produjeron y como se actuara ante ellas.
La superstición que más se utiliza actualmente y que tiene más fuerza a la hora de evitar la mala suerte es la de tocar manera. No son pocas las ocasiones que alguien nos cuenta algún hecho de mala suerte y que nosotros queremos protegernos de esa mala suerte buscando algún sitio donde poder tocar madera. Incluso si no tenemos algún mueble cerca donde tocar madera, a modo de comodín utilizamos la cabeza por el dicho que dice "tienes la cabeza más dura que la madera". Esta es la más utilizada, entre otras cosas, por la facilidad de encontrar una madera en cualquier sitio en el que estemos y por ser la que más objetividad aporta en los fundamentos de su creencia. A continuación explicamos los orígenes de esta creencia y como nos evita de la mala suerte.
Orígenes de esta creencia
Son varias las mitologías que dan explicación a la superstición de tocar madera, pero las que la fundamentan con más fuerza y por la que apuestan los historiados son dos. La primera viene de la mitología religiosa, especialmente la cristina la cual da explicación a muchas de las supersticiones que existen por el motivo de que la religión en sí tiene muchos aspectos de su historia que dan razón a situaciones sobrenaturales.
Esta creencia se sustenta en que al morir Jesucristo en una cruz de madera se cree que la madera es un material mágico que está santificado. Son muchas las personas cristianas que apuntan que la madera evita la mala suerte y al estar protegida y santificada por Dios, es un imán de la buena suerte y de lo positivo. Por ello, tener una cruz de madera cerca evita las malas energías.
Una segunda explicación mitológica de la creencia de que tocar madera da buena suerte es la que se enfoca en las propiedades y cualidades naturales del material del roble. El roble es un árbol que da una madera fuerte, robusta, gruesa y con diferentes tonalidades. Los historiadores dan a cada uno de los colores una propiedad positiva y una explicación: los colores de las vetas de la madera, para los egipcios e historiadoras cristianos, son propiedades naturales que aportan diferentes cualidades: el rojo de la madera es la fuerza del fuego, las tonalidades oscuras es la vitalidad y el morado es síntoma de éxito.
Por ello, todas las cualidades positivas de la madera de roble hacen que alrededor de éste se tenga la creencia de que posee un gran poder de atracción de la buena suerte y que repele a la mala suerte. Ambas creencias unidas, la de la cruz de madera santificada y la de las propiedades del roble hacen que esta superstición sea de las más usadas a la hora de confiar ciertos aspectos de la vida a la creencia irracional de las cosas.
Buena y mala suerte
La superstición de tocar de madera es una creencia que evita la mala suerte y atrae a la buena suerte, pero no es el tipo de creencia que según se da la circunstancia da mala o buena suerte. Tocar madera siempre aporta buena suerte y evita la mala suerte. Aspectos en los que tocar madera repele la mala suerte:
- Cuando alguien te cuenta una situación que le ha ocurrido, para evitar que te pueda pasar a ti.
- Cuando vivimos una situación desagradable, tocar madera nos evita que pueda ir más allá.
- Para evitar situaciones de peligro y anticiparnos a la mala suerte.
- Como símbolo de protección. Por ello se aconseja tener cerca del cuerpo o cerca de los sitios donde hay cosas personales nuestras, como nuestro cuarto, alguna cruz de madera. Nos librara de las malas energías y nos protegerá.
Aspectos en los que tocar madera nos da buena suerte:
- Cuando vamos a vivir alguna situación de estrés y/o nervios, tocar madera nos va a dar la suerte necesaria para poder realizar con éxito la labor que tenemos que desempeñar. Por ejemplo, presentarnos a un examen.
- Cuando vamos a llevar a cabo alguna experiencia personal que nos puede traer situaciones de peligro y/o riesgo. Por ejemplo, algún viaje fuera de nuestra ciudad en el que vayamos a utilizar vehículos.
- Si vamos a comenzar algún aspecto nuevo en nuestra vida, un reto o un proyecto profesional. Por ejemplo, cambiarnos de casa o ascender en el trabajo.