El Tarot es un juego de adivinación y se dice de él que es el más antiguo que existe. Muchos dicen que sus orígenes se remontan al antiguo egipcio, pues los faraones consultaban a sus sacerdotes el simbolismo de los astros. Otros lo asocian a los chinos, quienes en 1120 inventaron los juegos de naipes. En la India crearon un juego de cartas adivinatorio. Sin embargo, parece que todo ello no fueron más que las influencias que sirvieron para que, finalmente, en el siglo XIV se crease en Italia la baraja del Tarot que conocemos hoy en día.
Aunque hay tiradas estándar, la forma de leer las cartas es bastante personal. En esencia, el Tarot es un sistema de adivinación que se basa en la selección de cartas de la baraja para decirnos cosas sobre nuestro presente, pasado y futuro, así como aclararnos nuestros sueños, percepciones y emociones. El intérprete nos leerá nuestra suerte según el orden y disposición en que los naipes han sido repartidos o elegidos.
El Tarot de Marsella es el más utilizado
La baraja de Tarot consta de 78 naipes divididos en dos grupos de 22 Arcanos Mayores y 56 Arcanos Menores. La lectura del Tarot se puede realizar, por tanto, usando sólo los Arcanos Mayores aunque es habitúal que se realice con las 78 cartas.
Los 22 Arcanos Mayores representan el universo desde su creación, tanto la parte terrenal como la espiritual. En estas cartas podemos ver representados a La Emperatriz, El Emperador, La Muerte, La Torre, El Diablo... pero no sólo se interpretan las figuras sino también los colores, las posturas, los gestos, los elementos y la numerología.
Los 56 Arcanos Menores están organizados según los cuatro palos de la baraja española: bastos, oros, copas y espadas del uno al diez y sota, caballero, reina y rey. Estas cartas representan el día a día, esto es, acontecimientos más específicos de la vida cotidiana.
Existen varios tipos de Tarots pero el que más se utiliza en el mundo entero es el Tarot de Marsella. Como su propio nombre indica, surgió en Francia donde cambiaron los bastos, oros, copas y espadas por diamantes, corazones, picas y treboles. A día de hoy, se puede jugar con las cartas del Tarot a juegos de mesa además del ejercicio adivinatorio.